
hasta los más pequeños se pueden ajustar
Son tan comunes las caídas y los golpes en la infancia que tenemos hasta una frase hecha para la ocasión: “no le pasó nada, es que los niños son de goma…” ¿Te recuerdas cuantas veces se habrá dado un golpe fuerte, desde que nació? Yo no me recuerdo de los míos, pero se que se la pegan todo el tiempo.
De hecho, antes de llegar a la edad de siete años, se calcula que nuestros hijos se habrán caído unas 2500 veces, y antes de la edad de tres, habrán sufrido, cómo mínimo, tres caídas graves, de la cuna, de la cama, de un cambiador, de las escaleras… en fin, de estas que nos paran el corazón a los padres. Pero por suerte, en muchas ocasiones somos testigos de la resistencia que tienen, parece que botan, como si fueran de goma. Como quiropráctico y padre de tres, soy muy consciente que esta “resistencia” aparente puede provocar pequeñas lesiones que pueden a lo largo provocar alteraciones en la función neurológica y la postura de ellos.
Los efectos sutiles de una caída sin mayor importancia casi siempre pasan desapercibidos para los padres, o son confundidos con otras cosas, pero si se dejan sin revisar, llegan a provocar problemas de salud de verdad. Tenemos que tener en cuenta que cada golpe, resbalón o caída, por poco importante que parezca, se añade a la cuenta, y dice el refrán “árbol que torcido crece, nunca su rama endereza, porque cría naturaleza el vicio con el que ha crecido”.
Los pequeños accidentes provocan subluxaciones en la columna de tus hijos
El cráneo y la columna son las zonas que más golpes se suelen llevar en la infancia, se calcula que un 47,9% de los bebés en su primer año de vida sufren caídas que terminan en un golpe en la cabeza. Casi la mitad… investigadores han podido determinar que la etapa crucial para el desarrollo cerebral está entre el nacimiento y los dos años y que cualquier interrupción por lesiones puede llegar a tener efectos a largo plazo sobre la estructura y el funcionamiento del cerebro.
El cráneo y la columna protegen la delicada estructura que es nuestro sistema nervios central (cerebro y médula), la “autopista de la información” con la que piensan, sienten y se mueven. Cuando el cuerpo de un niño recibe un impacto brusco, los músculos alrededor de la columna contraen de manera protectora, incluyendo los músculos que sujetan las delicadas cubiertas de los nervios mismos. Esto provoca tensión en la columna, y desalinea las vértebras, lo que afecta el sistema nerviosa negativamente: Las denominadas “subluxaciones” son vértebras desplazadas ligeramente hasta un punto que llegan a provocar interferencia en la capacidad transmisora del nervio, o lo que es lo mismo, provocan interferencia en el sistema nervioso, que pierde su capacidad de funcionar al 100%.
Los momentos más propensos a provocar subluxaciones en la fase del desarrollo de un niño son cuando aprenden a gatear, a caminar y correr, caídas de bicicletas, en los parques infantiles, practicando deporte, y en accidentes de tráfico (incluso durante los golpes sin consecuencias).
Las mochilas también pueden provocar subluxaciones
El 80% de los adultos españoles sufren algún brote de dolor de espalda en la vida adulto, pero está surgiendo una tendencia de que cada vez más niños se quejan de la espalda: la gran culpable? La mochila… Niños jóvenes sufren cada vez más temprano de dolor de espalda, comparado con generaciones previas, de hecho, la OCU señala que cada vez es más frecuente en niños a partir de 12 años, lo que coincide con el primer años de secundaria, y de la mochila sobrecargada.
En un estudio reciente en Italia, se determine que el peso medio que lleva cada niño sería equivalente a un peso de 17,5Kg para un hombre de 80Kg, o de 13,5Kg para una mujer de 60Kg… Varias horas al día, claro está. Con la diferencia que la columna de un adulto está formada, y que la de un niño suele terminar de desarrollarse entre los 16 y los 20 años.
El mismo estudio demostró que el 60% de los niños que llevan mochilas se quejaban de dolor de espalda.
¡No hay mejor momento para empezar a cuidarse!
Ya que tanta gente podría beneficiarse de la quiropráctica, siempre ha sido una meta en mi consulta cuidar la salud de familias; niños y adultos, por lo que nos hemos especializado en el cuidado de neonatos y pequeños, practicando técnicas muy suaves, seguras y eficaces, dentro de un ambiente acogedor y tranquilo. Cada día más padres traen sus hijos a la consulta, muchos de ellos simplemente para asegurarse que sus hijos no tienen ninguna subluxación.
Hace poco leí en el Journal of Neuroscience: “Aunque el primer año de vida de una persona puede ser una época de vulnerabilidad, también es el momento en el que las intervenciones terapéuticas tienden a tener el mayor efecto positivo.”
Esta es nuestro objetivo: influir positivamente en la salud de los pequeños y no tan pequeños.